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Arquitectos: Cottet Iachetti Arquitectos
- Área: 360 m²
- Año: 2017
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Fotografías:Javier Agustin Rojas
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Proveedores: Carpinterías de Aluminio, Moltrasio
Descripción enviada por el equipo del proyecto. El edificio Fraga es un conjunto de cuatro viviendas ubicado en un lote de esquina de 12 por 10,80 metros, en el barrio porteño de Chacarita. Se trata de una zona arbolada, con calles de adoquines y un tejido de baja densidad, donde conviven casas, edificios de vivienda, locales gastronómicos, galerías de arte y productoras audiovisuales. La definición volumétrica del proyecto, la permeabilidad del hall y la relación de los vacíos y expansiones con el espacio urbano se vinculan con las características y dinámica del barrio.
El volumen toma la altura del edificio lindero consolidando el tejido sobre la calle Fraga, y genera un semicubierto de acceso en la esquina. Se despega de una de sus dos medianeras conformando un gran vacío al norte, donde se ubicaron dos patios en planta baja y una terraza en el primer nivel. Esta operación define una volumetría con tres fachadas que permite ventilaciones cruzadas, diferentes orientaciones, vistas largas y urbanas, otras cortas e interiores que definen la espacialidad y la escala de cada vivienda y su relación con el entorno urbano. Todas las unidades cuentan con expansiones privadas, patios y terrazas, en continuidad con sus espacios interiores.
Se desarrolló un sistema de encastre entre las cuatro unidades del edificio, cada una con un desarrollo distinto en tamaño y tipología que acompañó las necesidades programáticas de sus propietarios. Funcionan en su conjunto con un sistema de escaleras montadas entre sí que estructuran el acceso y la circulación vertical resolviendo el desfasaje de alturas interiores.
El edificio está construido en hormigón armado con muros de mampostería blancos y revestimientos cementicios. El hall de acceso se resolvió en el retiro de la ochava, con solados y revoques continuos desde la vereda hacia el interior. El portón metálico tamiza las visuales y el ingreso de luz natural hacia el hall, calibrando la relación de la calle y la vereda con el ingreso a las unidades.
El trabajo se centró en comprender y materializar las necesidades de los usuarios, articulando cuatro viviendas heterogéneas dentro de un conjunto con lenguaje unificado. A partir de un juego de encastres y vacíos, se ensayó la posibilidad de encarar la singularidad de la experiencia de habitar una casa unifamiliar sin renunciar a la experiencia colectiva de habitar un edificio multifamiliar.